CÓMO ENFRENTARSE AL MIEDO AL FOLIO EN BLANCO…
¡Que levante la mano quien haya sentido el terror de sentarse frente a un folio en blanco!
Estoy segura de que en algún momento de tu vida has experimentado el agobio que provoca sentarse frente a una hoja en blanco, un lienzo en blanco, un Word en blanco, o un simple e inocente mensaje instantáneo en blanco.
En este primer post voy a explicar, desde mi propia y reciente experiencia, en qué consiste el miedo al folio en blanco, cuáles son sus causas y consecuencias, y algunos consejos para hacerle frente.
¿Qué es el miedo al folio en blanco?
Para entender en qué consiste el miedo al folio en blanco, primero hay que tomar consciencia de algo que puede resultar paradójico: El miedo al folio en blanco NO EXISTE. Así es; es una mentira, un camuflaje, otra de las mil formas que toma el miedo a los retos y a equivocarse.
Se trata de la suma de una serie de miedos que varían en función de la persona pero nacen de la misma raíz: Miedo a que no salga nada o a que no salga tan bien como queremos.
Este momento de tensión, sin embargo, no es necesariamente malo, teniendo en cuenta que la tensión creativa puede ser un gran generador de ideas.
Causas y Consecuencias
Inseguridad, baja autoestima, falta de ideas, exceso de ideas, perfeccionismo exagerado, no tener claro el objetivo que se persigue, miedo a las críticas, y una infinidad de causas similares nos llevan al NO PUEDO, NO ESTOY PREPARAD@ o ÉSTE NO ES EL MOMENTO.
Este miedo al folio en blanco paraliza, agobia, bloquea y anula. Nos hace sentir impotentes, inútiles y frustrados. Esto nos lleva a actitudes como “Hoy no me concentro, mejor lo intento mañana”, lo que acaba convirtiéndose en un círculo vicioso de negatividad y frustración.
Cómo enfrentarse al miedo al folio en blanco:
- Mi primer consejo para vencer al miedo, y ésto funciona con cualquier tipo de miedo, es ridiculizarlo y reírse de él. En serio, plantéatelo… Tu enemigo es un trozo de papel de 21×29,7 cm y 4,98 gr. (en el caso de un Din A4). Incluso si le pusieras guantes de boxeo y le dieras vida propia seguiría intimidando bastante poco.
- Procura retarte a ti mismo con frecuencia. Una de las vacunas más efectivas contra el miedo es hacer cada poco algo que te asuste o te parezca difícil.
- Entrena la creatividad. Sí, la creatividad también se entrena. No es un don sobrenatural que sólo algunos poseen.
- Lee, lee y lee. La mejor manera de aprender a escribir es leer, leer mucho. Esto además es una fuente increíble de inspiración.
- Planificación: Antes de sentarte frente al folio, dedica tiempo a pensar qué quieres escribir, para qué y para quiénes. Anota en una libreta (soy una obsesa de las libretas) o en un trozo de papel todas las ideas que te vengan a la mente, y no trates de redactar algo de forma coherente hasta que tengas claro lo anterior.
- Decídete. No intentes abarcar todo de una vez. Si tienes exceso de ideas, apunta todas y elige en cuál te apetece centrarte.
- Buscar el momento y ambiente adecuado. Como la concentración es un componente imprescindible para que las ideas fluyan, procura escoger un momento en el que puedas escribir sin ser interrumpido y estés alejado de elementos distractores (¡móviles y relojes fuera!).
- No existe la perfección. ¡Deja de perseguirla!
- No pospongas, al final no lo harás.
- Pero sobre todas las cosas, ACTITUD POSITIVA. No dejes que la frustración te secuestre las ideas.
¡Buena Suerte!