Los últimos meses en Londres he visto más gente que nunca viviendo para trabajar y he visto a personas negarse a seguir haciéndolo. Casi todos nosotros entramos al mundo laboral con la intención de trabajar para vivir, aunque a veces, ya sea por necesidad o por otras muchas razones, hay quienes acaban sintiendo que viven para trabajar.
Este post ha nacido de una conversación reciente durante mi descanso con un encargado de una de las tiendas de la empresa en la que trabajo. Bromeando, nos ofrecía a mi compañera y a mí un viaje alegando que “tiene dinero”. Me pilló en mi momento Zen de después de varias horas de estrés, comiéndome, sin muchas ganas, uno de mis sándwiches. Así que fui bastante rotunda con un “You know what? It’s not all about money”, que viene a decir básicamente que el dinero no es todo y no lo compra todo.
Parece que le pillé por sorpresa, con lo que me soltó un discurso muy bien elaborado acerca de la importancia del dinero. Básicamente intentaba hacerme ver que el dinero hace falta para sobrevivir, y en general para todo aquello que quieres hacer en la vida. Si quieres comer bien necesitas dinero, si quieres viajar necesitas dinero, si quieres cualquier cosa que te haga feliz y dé sentido a tu vida necesitas dinero. Fair enough.
Todo eso es en cierta medida verdad. Vivimos en una sociedad de consumo y es muy difícil hacer las cosas que nos gustan sin dinero. Además, existen muy pocas personas en el mundo que puedan acceder a dinero sin trabajar, así que obviamente la gran mayoría de nosotros tendremos inevitablemente que trabajar para vivir.
Pero trabajar para vivir significa conseguir un trabajo que nos dé el dinero suficiente para vivir bien, dejándonos tiempo y energía para poder aprovecharlo.
Cuando empiezas a vivir para trabajar (a menos que tu trabajo sea tu vocación o que estés en un periodo de extrema necesidad), estás olvidando para qué empezaste a trabajar en primer lugar. Estas olvidando que tu necesidad no es el dinero, el dinero es sólo uno de los medios que necesitas para cubrir tus necesidades.
Los Inspiradores
Si he llegado a alguna conclusión, no ha sido sin ayuda. Últimamente he encontrado muchas personas que me han llevado a pensar sobre el tema, y me gustaría compartir sus historias con vosotros.
A de Ambición
Hace algunos meses conocí a un recién graduado en finanzas de origen asiático. A, era ambicioso y un poquito snob (dícese de una persona con tendencia a creerse superior y juzgar a los demás en función de factores superficiales).
Me contó un poco su historia y enseguida entendí por qué es quien es. Me pareció un claro ejemplo de la sociedad en la que vivimos, en la que se nos enseña que TODOS podemos llegar a donde queramos si nos esforzamos lo suficiente en la dirección correcta (os recomiendo un vídeo de Alain de Botton sobre “El Éxito”, que explica un poco más éste fenómeno).
Me contó también lo mucho que trabaja, haciendo turnos de 12 y a veces más horas al día en el mundo de la banca, trabajando incluso sábados y algún domingo, explicándome que cada hora que no trabaja, un paso más lejos quedan sus objetivos. Se sentía realmente en “su momento”, diciéndome que si no se mata a trabajar ahora entre los 20 y los 30, ¿cuándo va a hacer crecer su carrera?
Yo mientras tanto pensaba. Y si no vives ahora las experiencias que puedes tener con “veintipico”, ¿cuándo las vas a vivir? Como diría José Mújica (expresidente de Uruguay), “la vida se te escapa y se te va minuto a minuto, y no puedes ir al supermercado y comprar vida. Entonces, lucha por vivirla, por darle contenido a la vida”.
Con esto no quiero decir que no haya que luchar por nuestros sueños ni mucho menos. Hay que hacer sacrificios y trabajar mucho para llegar a dónde queremos. Pero no hay que olvidarse que estamos viviendo el presente, y ningún sueño merece olvidarse de vivir el camino. Si vives para SER más adelante, puedes caer en la trampa de olvidarte que tú ya ERES y anteponer tu hipotética felicidad futura a la que puedes vivir ahora mismo.
Aquí, en contraposición, tenemos a N. Una mujer madura, que sabe muy bien la diferencia entre vivir para trabajar y trabajar para vivir. N trabaja conmigo los domingos. En realidad N trabaja todos los días de la semana y sabe perfectamente lo duro que es y lo infeliz que puede hacer a alguien vivir para trabajar. Desgraciadamente, a veces hay personas que no están en situación de elegir, como A, si quieren trabajar para vivir o viceversa. Cuando vives una situación económica complicada, con personas a tu cargo y deudas que te ahogan, te faltan horas al día para intentar darle la vuelta a la situación.
Pero N no vivirá esa situación para siempre, y no educará a su hijo para que lo haga. Porque sabe que la vida es mucho más que el trabajo y el dinero que ganes con él.
De hecho, N consiguió un gran ascenso que le daría más dinero y más estatus que el que había tenido hasta el momento. También tendría menos tiempo y más dolores de cabeza que en toda su vida. ¿Sabéis que hizo N? Pedir su puesto anterior.
Le pregunté por qué muy extrañada, porque siempre he pensado que a las situaciones se les puede dar la vuelta y se puede agarrar al toro por los cuernos. Ella no lo dudó un momento: “Si voy a ser más infeliz, ¿para qué quiero más dinero? ¿Para gastármelo en rehabilitarme?”
R de Responsabilidad
R es de los tres, probablemente el que más me ha impactado. Entrado en años, con familia y con un cargo de responsabilidad, veo a R sufrir casi a diario. Su sentido de la responsabilidad es desmesurado. Él no vive para trabajar por dinero, ni siquiera por status. Vive para trabajar porque piensa que si no está él, algo va a salir mal, alguien no sabrá lo que tiene que hacer o lo hará mal, y se siente culpable y responsable por absolutamente todo lo que pasa o no pasa en el trabajo. Todo tiene que ser perfecto, y eso no puede pasar si él no está.
Lo veo sudar, estresarse, resoplar, llegar a trabajar tres horas antes de lo que debería y marcharse varias horas tarde. Me preocupa seriamente que le dé un ataque al corazón en cualquier momento delante de mí.
De los tres, es el más complejo, porque no llego a entender lo que le motiva a vivir para trabajar. No es ambición, y estoy segura de que tampoco es necesidad. Pero no pensaba que nadie pudiera llegar a un extremo como éste por un negocio que ni siquiera es suyo.
Hoy me he atrevido a preguntarle a ver si tiene un sueño. “Una vez tuve un sueño. Ya no más. Cuando todo en tu vida empieza a ir mal no tienes motivos para soñar, ni ganas de luchar por tus sueños.”
Entonces me he preguntado. ¿Será R de Responsabilidad o R de Refugio?
V de Vocación
Por ahora en estos meses no he tenido la oportunidad de conocer a esta persona. Pero abundan en el mundo aunque sean difíciles de encontrar. Estas personas representan el equilibrio perfecto entre la vida y el trabajo. El trabajo forma parte de lo que las hace felices en su vida, de manera que da igual las horas que metan en ello, porque lo disfrutan tanto que no es una necesidad, sino un auténtico placer. Me parece que los emprendedores son un buen ejemplo de este equilibrio.
No todo el mundo sabe cuál es su vocación, o simplemente no tiene los recursos o no se han dado las circunstancias de la vida necesarias para que pueda llegar a hacerlo. Sin embargo, ya que trabajar es necesario para sobrevivir y de eso no hay duda, buscar tu vocación y luchar para poder convertirla en tu forma de vida es un esfuerzo que merece la pena hacer.
En resumen. Hay miles de personas hoy en día que dedican su vida a trabajar, por razones muy diferentes y en muchas ocasiones sin poder decidirlo voluntariamente. Si tu trabajo te hace feliz, no es un problema en absoluto. Si no es el caso, me parece importante saber trazar muy bien los límites y no dejar que tu trabajo los sobrepase. Porque la vida es mucho más que trabajar, y no te gustaría perdértela.
Me despido con un vídeo. ¡¡Buenas noches!!
Increíble.
Gracias Miguel 🙂
Hace tiempo que no venía por aquí, y me he encontrado con esta gran entrada 🙂
El perfil asiático es sin duda la mentalidad más horrible y culturalmente metida a calzador. En Corea del Sur por ejemplo tienen casos de adictos al trabajo que necesitan su terapia de deshabituación como cualquier otro yonki. Esa cultura tan obsesionada con el esfuerzo, encajar en sociedad, hacer sólo lo que se espera de tí…no hay lugar para los sueños de cada uno. Lo consideran incluso infantil.
Muy de acuerdo con N en que alcanzar un estatus superior en el trabajo no tiene que ser necesariamente una bendición ¿de que te sirve ganar 7000 euros al mes si no tienes tiempo para disfrutarlos? Ahora que estoy trabajando en un departamento internacional de una empresa grande, se ve muy bien el perfild de directivo de responabilidad, que ganan mucho pero trabajan de sol a sol y 24h conectados al móvil o al email….no me cambiaba por ellos ni de lejos.
Es muy dificil compaginar esa vida con lo que realmente nos llena, que es pasar tiempo con la gente que queremos y dedicarnos a autorealizarnos. No aceptaría ningún trabajo que supusiera sacrificar enormemente una de esas dos cosas, y eso que mi trabajo actual ya me ha quitado tiempo de esas dos…aunque tengo que decir que estoy muy contento con el puesto y sigo teniendo tiempo para dedicarlo a lo que quiero, y hoy en día es muy dificil encontrar algo asi
Un saludo, espero que no te veas atrapada en ninguno de esos perfiles que describes!
Muy buen post! la verdad es que creo que al final la vida nos lleva a todos a trabajar para vivir, te independizas, tienes hijos.. y ya te ves atado a un puesto de trabajo, porque si lo dejas ¿Quién pagará las facturas?¿quién pagará la comida? En fin, salvo que nos toque el euromillón creo que nos tocará trabajar! 😉
Trabajar para vivir eso desde luego. Pero de ahí a vivir para trabajar hay un abismo al que no nos gustaría caer, ¡¡porque luego es muy difícil salir de él!! Un abrazo