“Cuando no sepas a dónde ir, vuelve a dónde empezaste”
Proverbio Senegales
Hoy hace exactamente un año que inauguré este blog, sin saber muy bien lo que quería hacer con él. Una de mis principales motivaciones fue el tener un lugar donde compartir mis viajes y las experiencias que voy viviendo a lo largo del camino.
Hoy, precisamente, me voy de viaje. Un viaje corto, quizás poco excitante y exótico, pero del que tenía muchas ganas: El viaje de vuelta a casa.
A lo largo de los últimos años he ido poco a poco convirtiéndome en nómada. Tengo sed de experiencias y lugares nuevos, y mi agua es la posibilidad de lanzarme a vivir en sitios diferentes. Los que habéis vivido fuera sabéis bien de lo que hablo. Cada nuevo lugar que pisas, cada límite que traspasas, cada persona que conoces, expande tus horizontes y te reconvierte. Es algo difícil de describir con palabras, porque es un cúmulo de sensaciones y emociones, a veces incluso contradictorias.
A medida que tu mundo se expande, puedes llegar a sentirte pequeño. Pero a su vez te sientes más fuerte. Cuantos más rincones descubres, más empiezas a pensar que, como en casa en ninguna parte. Y sin embargo, no te planteas volver para quedarte. Todavía no.
Cada día que pasas fuera aprendes algo nuevo sobre ti mismo, y sobre el mundo en el que vives. Pero te encuentras con certezas e incertidumbres a partes iguales.
Hace poco descubrí una canción que dice así:
“Con la casa a mis espaldas he tomado el camino y me voy, aparentemente libre, en busca de la frontera. Todos mis YOes caen como finas gotas de lluvia sobre la ventana”
Y es bastante cierto. Cuando te marchas, dejas atrás una pequeña parte de ti y empiezas a descubrir muchas otras. Cuando viajas de vuelta a casa, descubres que esa parte que habías olvidado, sigue ahí y te acompañará allá donde vayas.
Así pues, hoy empieza otro de mis viajes de vuelta a casa. Corto pero intenso. Con muchas ganas de ver como todo sigue exactamente igual a como lo deje. Con los míos.
Feliz viaje de vuelta a casa. Buenas noches!! 🙂